Gutiérrez y Vallejos anotaron para los de Villa Rosas. Marco Rosas había puesto el 1-0 parcial. Hubo dos expulsados.
Todos los condimentos posibles estuvieron presentes ayer en el Gasómetro. Emociones, situaciones netas, buen fútbol y hasta una riña de gallos al final para decorar una tarde de sensaciones encontradas.
Y fue así nomás, porque la victoria de Libertad (2-1) se gestó con la ley de dos ex y una supremacía en el complemento que transformó en figura al golero Rodrigo Martínez.
De entrada Bella Vista marcó el ritmo y se puso en ventaja con su mejor exponente en ataque (Marco Rosas), pero una lesión muscular trastocó los planes y se perdió consistencia.
¿Hubo rivalidad en la cancha? Sin dudas. Pero también buen fútbol, con llegadas al por mayor --21 situaciones netas-- y un incesante ida y vuelta.
Bella Vista entró mejor pisado, explotó las espaldas de Bárcena y llegó con claridad por las bandas. Molinelli y Rosas superaron con facilidad la línea de Moreno y Sergio García. Encima, Priore lució enchufado y Belleggia llegaba libre.
Rosas anotó con tiro cruzado tras una linda asistencia del Boli --el balón entró en cámara lenta--, pero luego dilapidaron sus chances Molinelli (zurdazo cruzado), Belleggia (salvó Khin) y Priore.
Libertad recién se acomodó cuando calentaron motores Gutiérrez y Machain. Aunque la tarea de Yaeger (especialmente en el taco previo a la conquista de Quique) también pesó.
El complemento creció en emotividad. Libertad encontró una rápida ventaja con el tanto de Vallejos (tiro libre de Quique, peinó Macha y dio rebote Martínez) y hasta lució mejor generando situaciones claras y chocando con la firmeza de Martínez.
Los incidentes del final (ver aparte) empañaron la fiesta de un Libertad que tiene argumentos para soñar.
Y fue así nomás, porque la victoria de Libertad (2-1) se gestó con la ley de dos ex y una supremacía en el complemento que transformó en figura al golero Rodrigo Martínez.
De entrada Bella Vista marcó el ritmo y se puso en ventaja con su mejor exponente en ataque (Marco Rosas), pero una lesión muscular trastocó los planes y se perdió consistencia.
¿Hubo rivalidad en la cancha? Sin dudas. Pero también buen fútbol, con llegadas al por mayor --21 situaciones netas-- y un incesante ida y vuelta.
Bella Vista entró mejor pisado, explotó las espaldas de Bárcena y llegó con claridad por las bandas. Molinelli y Rosas superaron con facilidad la línea de Moreno y Sergio García. Encima, Priore lució enchufado y Belleggia llegaba libre.
Rosas anotó con tiro cruzado tras una linda asistencia del Boli --el balón entró en cámara lenta--, pero luego dilapidaron sus chances Molinelli (zurdazo cruzado), Belleggia (salvó Khin) y Priore.
Libertad recién se acomodó cuando calentaron motores Gutiérrez y Machain. Aunque la tarea de Yaeger (especialmente en el taco previo a la conquista de Quique) también pesó.
El complemento creció en emotividad. Libertad encontró una rápida ventaja con el tanto de Vallejos (tiro libre de Quique, peinó Macha y dio rebote Martínez) y hasta lució mejor generando situaciones claras y chocando con la firmeza de Martínez.
Los incidentes del final (ver aparte) empañaron la fiesta de un Libertad que tiene argumentos para soñar.